19.8.12

Cartografiar la memoria: el viaje de los ancestros




“Te pido, ¡oh Musa!, hablarme de aquel hombre ingenioso,
quien luego de asolar la ciudad de Troya visitó otras muchas,
conociendo el espíritu de los hombres: de aquel que sobre los mares pasó tantas fatigas…”
Odisea. (Canto I, Homero)


Del mar barroso en el confín remoto del sur al barro plateado por la luna del río-mar capitalino.  Del mar de Ulises al de la isla en peso, evocando el poema del cubano Virgilio Piñera sobre la tierra que hizo historia en el Caribe, y de la cual son parte de mis raíces.
Pues lo familiar se entrevera entre los mapas del cartógrafo, superponiendo fronteras y temporalidades. En una tierra aluvional como la nuestra, las memorias suscitan alianzas genealógicas.  Pero no sólo eso: hay intercambios, comercios.  Los que venimos de quienes vinieron en los barcos, portamos en nuestros genes el síndrome de Ulises. Sólo que Itaca (el hogar, el reino) pertenece al pasado, y al pasado no se lo puede habitar.   ¿Cómo elaborar un mapa de la utopía? En otras palabras ¿adónde regresar?
Y aun, utopía para quiénes. La Tierra prometida es acá y allá, con sus exilios, sus viajes a la semilla, nunca yéndonos del todo, nunca volviendo definitivamente.

“Debo apurar mi carta/ mañana irán en barco a beber de Linares sus óleos y sus vinos/ al fondo del cubil prensadas uvas negras/ por las muchachas que éramos/ los hijos//
¿recuerdas?/ ¿la sangre mora casi al trepar las faldas/ de los primeros arreboles?/ nos tomaba la ronda todo el día/ Guernica estaba lejos/ por los cabellos azulaba la sombra de la parra/ el mar no estaba…”
  ("Lagrimal Linares", en Libro de ojos)

Hijos de los que fueron, cartógrafos del tiempo. Cartografiar el mar es trazar los mapas del transcurso, que algunos llaman Deseo. Y si hubiera utopía, la utopía está allí, en esas aguas, en sus peligros, en su vastedad, que es decir: en su Promesa. 

“sueño con serpientes de mar y toda clase de cíclopes / al acecho/ te sueño mar de fondo/ humana demasiado humana/ tu odisea sin juicio./…/ nado entre fauces/ aunque no temo al tiburón/ espero a moby”… (De Odiseas, (inédito).

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